La emergencia de la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) en la década de 1950 representó un gran desafio para nuestro país. Los esfuerzos realizados por diferentes grupos de investigación nacionales e internacionales permitieron el descubrimiento de la etiología de la enfermedad y del reservorio del virus Junin, el desarrollo de modelos experimentales, el estudio de posibles tratamientos y abordaron la problemática de la obtención de vacunas. Sin embargo, el notable progreso científico no se veía reflejado en el campo sanitario.
En el año 1965 un grupo de investigadores y técnicos del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clinicas (CEMIC) y del Instituto Nacional de Microbiología «Dr. Carlos G. Malbrán», coordina dos por el Dr. Julio Maiztegui, se instaló en Pergamino, para realizar estudios sobre la FHA, con el apoyo inicial de la Fundación Emilio Ocampo. Con el aporte de varias entidades oficiales y privadas, se armó un laboratorio de virología de campo en un galpón cedido por la Estación Experimental del INTA; se utilizaba además un laboratorio del Hospital San José de Pergamino para el estudio de los enfermos.
En 1969 se empiezan a utilizar varios pabellones del exHospital Llanura de Pergamino y en 1974, el Club de Leones y las comisiones de fomento de la ciudad de Pergamino remodelaron uno de esos pabellones para su uso como laboratorio de virología y producción de cultivos celulares. Con el apoyo de la Fundación Cargill que donaba el alimento balanceado, se empieza en otro de los pabellones la producción de ratones albinos suizos y cobayos.
En la década del 70, se empieza a recibir apoyo de los Ministerios de Salud de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación, así como también de la OPS, para la adquisición de equipos y reactivos de laboratorio, para la visita de expertos y para la capacitación en centros del extranjero de los profesionales que trabajaban en Pergamino. Finalmente sobre la base de este grupo de trabajo, se creó en 1978 el Instituto Nacional de Estudios sobre Virosis Hemorrágicas, con la misión de diseñar, organizar, implementar y coordinar las acciones tendientes al control y prevención de la FHA.
Una de las primeras acciones de la institución fue la organización de un Programa Nacional de lucha contra la FHA, mediante convenios con las cuatro provincias afectadas por la enfermedad (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa). En el marco de este convenio, el INEVH generó una red de diagnóstico, servicios, docencia, investigación y educación para la salud, caracterizada por una inusual participación comunitaria. Esta red fue la que permitió que desde 1965 se disponga de un registro de casos notificados, con su correspondiente confirmación etiológica. Por otra parte, sobre su base se concretó la transferencia de los desarrollos científicos a la esfera comunitaria, logrando en una primera etapa un descenso significativo de la letalidad. La mortalidad de la FHA inicialmente superó el 30% y hoy se reduce a menos del 1% cuando el tratamiento especifico (plasma inmune) se transfunde en etapas tempranas de la enfermedad.
Las investigaciones dirigidas a la obtención de una vacuna contra la FHA que fueron iniciadas en 1978 por un convenio internacional, involucrando al gobierno argentino, a la Oficina Sanitaria Panamericana, al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y el United Army Medical Research Institute of Infectious Diseases de los Estados Unidos, concluyeron con la obtención por parte del Dr. Julio Barrera Oro y su equipo, de un clon atenuado de virus Junin (Candid # 1). que hacia 1985 había finalizado los estudios preclínicos. En ese año se inician las fases clínicas de investigación, que culminan en 1990 estableciendo a Candid # I como una vacuna eficaz para prevenir la FHA. Se abrió entonces la perspectiva del control definitivo de esta endemia.
En el año 1992, la institución se transforma en Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH), con la misión de extender su accionar hacia otras enfermedades virales de impacto regional y nacional.
La emergencia de otras enfermedades virales que como la FHA están estrechamente ligadas al ecosistema y sus modificaciones, tales como hantavirosis y dengue, ha determinado la implementación de nuevos programas que cubren todo el país y que sirven de apoyo y referencia a otros países. La institución funciona desde 1985 como Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud para Fiebres Hemorrágicas Virales y Arbovirus.